MÍRATE MUJER HERMOSA
Mírate caminar mujer, estas para que te amen.
Que se rompan las ventanas cada vez que pasas cerca y se hagan grietas en el piso con los zapatos que tocas, para que piensen en ti, cuando se apaguen las luces y seas el primer deseo que alguien pida al despertar.
Mírate bien mujer, no estas para que te quieran a medias. No estás para que te quieran cuando te necesiten cuando seas opción, cuando se acuerden, cuando nostalgien, o para ser la otra, o para ser la perpetua compañera de dudas. Estás para depurar y escoger.
Mírate bien mujer y no dejes que en tu mesa se sirva el agua sucia del conformismo. No reclames a nadie el escombro.
Mírate bien mujer, no te quedes colgada de un mañana ya veremos. A nadie le hace feliz el escaño y la incertidumbre.
Mírate mujer, reservate.
Mírate mujer y repite: no cuentes conmigo cuando se te pase la idea que amar a medias y a destiempo es una opción, diluye en tu mente la idea de estar dispuesta, porque no hay tiempo mas perdido que esperar por decisiones ajenas.
Porque tienes que saber bien que el dejarte de lamentar aprendes a mirar de otro modo, aprendes que el portazo en la cara también es una puerta, que una buena caída también ayuda a medir distancias, que uno aprende a leer las cicatrices y los tatuajes.
Que cuando te decides a la fuerza olvidas y vuelves a comenzar.
Que la intensidad por intensidad no asegura nada, que uno no necesita andar queriendo alcanzar lo inalcanzable para sentirse colmado, que no hay corazón en el que quepa un veremos, ni la espalda que lo pueda soportar.
Mírate bien mujer. tu eres de esas guerreras que ya se ganaron la felicidad. Mírate bien, sonríe porque te tienes bien, completa, hermosa, y cada día mas valiente. Y tienes contigo la inmensa libertad de tener una brújula en tu bolsillo y la enorme seguridad de decidir usarla o no cuando tu quieras. ¡Como me amo!
Que se rompan las ventanas cada vez que pasas cerca y se hagan grietas en el piso con los zapatos que tocas, para que piensen en ti, cuando se apaguen las luces y seas el primer deseo que alguien pida al despertar.
Mírate bien mujer, no estas para que te quieran a medias. No estás para que te quieran cuando te necesiten cuando seas opción, cuando se acuerden, cuando nostalgien, o para ser la otra, o para ser la perpetua compañera de dudas. Estás para depurar y escoger.
Mírate bien mujer y no dejes que en tu mesa se sirva el agua sucia del conformismo. No reclames a nadie el escombro.
Mírate bien mujer, no te quedes colgada de un mañana ya veremos. A nadie le hace feliz el escaño y la incertidumbre.
Mírate mujer, reservate.
Mírate mujer y repite: no cuentes conmigo cuando se te pase la idea que amar a medias y a destiempo es una opción, diluye en tu mente la idea de estar dispuesta, porque no hay tiempo mas perdido que esperar por decisiones ajenas.
Porque tienes que saber bien que el dejarte de lamentar aprendes a mirar de otro modo, aprendes que el portazo en la cara también es una puerta, que una buena caída también ayuda a medir distancias, que uno aprende a leer las cicatrices y los tatuajes.
Que cuando te decides a la fuerza olvidas y vuelves a comenzar.
Que la intensidad por intensidad no asegura nada, que uno no necesita andar queriendo alcanzar lo inalcanzable para sentirse colmado, que no hay corazón en el que quepa un veremos, ni la espalda que lo pueda soportar.
Mírate bien mujer. tu eres de esas guerreras que ya se ganaron la felicidad. Mírate bien, sonríe porque te tienes bien, completa, hermosa, y cada día mas valiente. Y tienes contigo la inmensa libertad de tener una brújula en tu bolsillo y la enorme seguridad de decidir usarla o no cuando tu quieras. ¡Como me amo!
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